Quién soy

¡Hola! Gracias por visitar mi web. Como el título de este sitio lo indica, mi nombre es Gabriel Soca. Si llegaste hasta aquí, asumo que ya exploraste alguna de las secciones de este sitio web y estás buscando algo más de información sobre quién es el autor.
Muy bien. Voy a comenzar contándote que la espiritualidad forma parte de mi vida desde hace mucho tiempo, aunque fue recién en la adultez cuando comencé a transitarla de una manera más consciente y comprometida. Hubo un momento en particular que marcó el inicio de este camino. Tal como le sucede a muchos, fue a partir de una profunda crisis personal: la que muchos llaman la Noche Oscura del Alma.
Durante ese tiempo, sentí cómo se desmoronaban muchas de las bases sobre las que había construido mi identidad. Lo que antes me daba sentido comenzó a perder forma, y con ello también se derrumbó mi manera de comprender la vida. Y aunque atravesar este período fue muy doloroso, también me abrió la puerta a una transformación real y necesaria.
En medio de ese momento tan confuso y desafiante, decidí abrir mis Registros Akáshicos con una lectora de mi ciudad. No sabía del todo qué esperar. Solo sentía la necesidad de encontrar algo que me diera sentido y dirección, algo que me ayudara a comprender el porqué de todo lo que estaba atravesando. Pero lo que viví fue mucho más que una respuesta puntual: fue un llamado. Los mensajes que recibí me resonaron con una verdad difícil de explicar. Y en esa misma lectura también recibí un mensaje inesperado: que yo también podía abrir mis propios Registros Akáshicos.
Poco después hice un curso y comencé a practicar. En aquellos días difíciles, abrir mis Registros se convirtió en un ritual cotidiano. Pronunciaba la Oración de Apertura, formulaba mis preguntas y escribía lo que surgía. No sabía si era canalización, intuición o simplemente un diálogo interno. Solo sabía que me traía paz. Era el único momento del día en el que lograba salir del torbellino mental, conectar conmigo mismo y encontrar un poco de calma. Ese espacio se volvió un refugio silencioso, íntimo, necesario.
A medida que pasaban los meses, y mientras mi proceso interior seguía desarrollándose, empecé a notar que algo cambiaba. Poco a poco, la conexión se volvía cada vez más nítida. Ya no eran unas pocas palabras o frases sueltas, sino mensajes que traían una vibración profunda, una claridad amorosa, una sensación inconfundible de verdad. Lo que antes parecía una búsqueda incierta comenzó a transformarse en un canal vivo y natural.
Con el paso del tiempo, y a medida que mi proceso de sanación avanzaba, la Noche Oscura fue dando lugar a momentos más luminosos y serenos. Y fue durante ese período de mayor estabilidad interior cuando comencé a sentir que ese espacio se había consolidado en mí. Las lecturas que hacía para mí mismo ya habían ganado profundidad, confianza y presencia. Entonces surgió con naturalidad la necesidad de compartir esto con otras personas.
Así fue que comencé a formarme para acompañar a otros a través de esta herramienta. Las primeras lecturas fueron para amigos o personas con las que coincidía en talleres y espacios espirituales. Y lo que empezó a suceder en esas lecturas me conmovió profundamente. Las personas me compartían que se habían sentido comprendidas, aliviadas, acompañadas de una manera que no esperaban. Me decían que los mensajes que recibieron les habían devuelto claridad, fuerza o dirección. Y yo también me emocionaba. Ver cómo esos mensajes podían tocar el corazón del otro era algo que me llenaba de sentido.
Y así, sin planearlo demasiado, canalizar se convirtió en una parte esencial de mi vida. Comencé a ofrecer las lecturas de forma abierta, con la certeza de que ese espacio —tan sagrado para mí— también podía ser una fuente de transformación para otros.
Con el tiempo, también me fui formando en otras herramientas que complementan la lectura de Registros Akáshicos, como Reiki y Tarot. Ambas llegaron en momentos significativos, y se convirtieron en recursos valiosos tanto para mi propio proceso como para acompañar a otras personas. Me brindaron nuevas formas de percibir, de sentir, de acompañar. Hoy forman parte de mi práctica, y las integro a las sesiones cuando percibo que pueden ser de ayuda en el camino de quien consulta.
Además de estas herramientas que fui incorporando en el camino, también fui encontrando nuevas formas de sostener algo que siempre había sido esencial para mí: la comunicación. Antes de dedicarme por completo a lo espiritual, mi recorrido profesional estuvo profundamente ligado a la comunicación y al periodismo. En particular, a la comunicación escrita.
Con el paso del tiempo, esa vocación fue tomando, de manera orgánica, una nueva dirección, más coherente con mi proceso interior. Y así fue que comencé a escribir artículos de espiritualidad para Gaia, una plataforma que me permite integrar esas dos dimensiones —la comunicadora y la espiritual— y compartir contenido con personas que también están transitando su propio camino de búsqueda.
Como punto final de este relato, me gustaría contarte que desde hace años tenía el sueño de viajar por el mundo. Incluso en los momentos más difíciles, durante aquella Noche Oscura del Alma, me imaginaba recorriendo otros países, conociendo nuevas culturas, encontrando respuestas en el movimiento. Durante mucho tiempo fue solo una imagen, una posibilidad lejana. Pero seguía viva dentro de mí, como una chispa.
Hoy ese sueño se volvió realidad. En 2024 recorrí varios países de Sudamérica, y actualmente —en 2025— estoy viajando por Europa, sin fechas definidas de regreso. Este viaje no es solo físico. Es parte de mi camino espiritual: una forma de seguir expandiéndome, de salir de lo conocido, de mirar la vida con ojos nuevos. Cada lugar, cada encuentro, cada silencio me invita a seguir profundizando en mi propia verdad.
Gracias por estar acá. Ojalá encuentres en este espacio algo que resuene con tu historia, y que te recuerde que todos estamos —de una forma u otra— en camino hacia nosotros mismos.
Estemos en contacto por redes sociales
Si la espiritualidad es parte de tu vida y deseas compartir tus experiencias conmigo, te invito a que me escribas y que hagamos de este viaje un camino compartido.