Saltar al contenido

Así fue la lectura de Registros Akáshicos más importante de mi vida

Mis Registros están abiertos. Esta probablemente sea la primera vez que abro mis Registros Akáshicos con un fin distinto al de canalizar información. Los abrí, simplemente, para que me acompañen mientras escribo. Pienso que los Señores de los Registros tal vez me soplen algunas palabras. No tengo demasiadas expectativas, pero ¿Quién sabe? Tal vez me soplen varias.

De lo que sí estoy seguro es que tener los Registros abiertos me brinda paz y claridad. A veces paso varios días sin abrirlos, hasta que finalmente me doy el tiempo y el espacio para conectarme. Cuando lo hago, mi frecuencia vibratoria se eleva y, además de recibir mensajes valiosos, me mantengo durante un tiempo más o menos prolongado en un estado de armonía, seguridad y confianza en mí y en el Universo.

Si bien hace cerca de un año que comencé a abrir mis Registros Akáshicos, sé que mi práctica se encuentra en un estado embrionario. Aún tengo mucho camino por delante. De todas formas, soy consciente de mi evolución y eso me reconforta. Cuando leo las canalizaciones más viejas y las comparo con las actuales, percibo la diferencia con mucha claridad.

Más allá de esta evolución, de tanto en tanto me gusta acudir a una lectura akáshica con otra persona. He tenido profundas sanaciones provenientes de estas sesiones. A pesar de conocer la herramienta, me sigue resultando asombroso cómo una persona con la cual nunca tuve el más mínimo contacto pueda brindarme mensajes que calen tan adentro mío.

Pues bien.

Hace algunos días tuve una nueva lectura de Registros Akáshicos. Y no fue una lectura más. Fue, hasta el momento, la más importante de todas.

Si bien todas las lecturas akáshicas me brindaron la información que necesitaba en ese momento específico para poder avanzar, siento que la última fue realmente especial.

Todo comenzó cuando me comuniqué con la lectora para pedir una cita.

Lo primero que me llamó la atención fue que tenía disponibilidad recién para dos meses más adelante. “¿Tan solicitada es, que no tiene turno antes?”, pensé.

Pero inmediatamente comprendí que, si no tenía disponibilidad antes, así debía ser. El momento oportuno para tener esa lectura sería dos meses después, asique decidí tomar el turno y me olvidé del asunto hasta que el tiempo pasó y el calendario del celular me lo hizo recordar.

El nombre de la lectora es Aldana.

Cuando llegué a su consultorio me quité el calzado y pasé a una habitación que estaba muy bien decorada y que tenía una colchoneta y algunos almohadones en el suelo.

Cerca de la ventana había un escritorio, que tenía encima unos 30 o 40 cristales de todos los tipos y colores. Esos cristales estaban cuidadosamente ubicados formando una figura que, aparentemente, me estaba esperando a mí. 

Era la primera vez que veía algo así.

lectura de cristales

En este punto, le lectora me contó cuál era la dinámica de la sesión. Para arrancar ella me iba a explicar el significado de la figura de cristales que había preparado para mí y posteriormente iba a abrir mis Registros Akáshicos para responder las preguntas que yo tenía.

Aldana llamo a esta práctica “Lectura de Cristales” y ante mi desconocimiento absoluto me contó que es una técnica que ella recibió, no la leyó ni la estudió en ningún curso. Es decir, no se trata de una práctica habitual en el mundo de la espiritualidad.

Puedo equivocarme, pero lo que entendí es lo siguiente: Antes de que yo llegara ella canalizó el estado de mi cuerpo energético y lo representó sobre la mesa ubicando distintos cristales. Cada uno de estos cristales tenía un significado bien específico, que posteriormente me explicó.

“Los cristales dan un panorama bastante próximo de lo que hay que trabajar, sobre todo energéticamente -dijo Aldana-, pero el detalle más específico se ve con la lectura de Registros Akáshicos”.

Y tuvo razón.

Estuvimos alrededor de media hora conversando sobre este esquema y, entre tantas cosas, me habló sobre un evento traumático sufrido por uno de mis ancestros y cómo esa información de dolor llegó hasta mí ocasionando ciertos bloqueos con los cuales debía trabajar.

Me explicó que mi chakra laríngeo fue el más afectado por esta situación y que esto se manifestaba como una inhibición a la hora de expresarme. También me habló de dar un giro y focalizar mi trabajo personal interno en este tema.

«El camino quizás sea observar qué dificultades tenés para expresar lo que sentís, lo que pensás, qué pasa con la aprobación externa, qué pasa cuando decís cosas que a otros no le pueden gustar, si te sentís cómodo o no, eso quizás te empiece a traer información sobre la raíz de todo esto, desde dónde está inhibida esta capacidad de expresarte».<span class="su-quote-cite">Registros Akáshicos</span>

No solo yo sé que esto es así. Cualquiera que me conozca un poco sabe que lo es.

Me sorprendió mucho el nivel de detalle que Aldana me brindó sobre este y otros aspectos de mi vida. Y todo esto con mis Archivos Akáshicos cerrados.  

Cuando terminamos la lectura de cristales la sesión cambió de dinámica. Yo le entregué mi lista de preguntas para los Registros y me recosté en la colchoneta que estaba en el suelo. Aldana colocó una música instrumental suave y comenzó a colocar cristales por todo mi cuerpo. Desde los pies hasta la coronilla.

Luego me guio a través de una meditación que me hizo entrar en un estado de relajación agradable y leyó la oración de apertura de mis Registros Akáshicos. Mientras yo estaba acostado en el suelo, ella se sentó en el escritorio y comenzó a escribir.

Así estuvimos durante media hora.

Antes de tomar esta lectura de Registros Akáshicos yo había tomado otras ocho en el año y medio anterior. Dos fueron por escrito, dos presenciales y cuatro por video llamada. Lo tengo claro porque conservo el registro de cada una.

Cada lector tiene su propia forma de llevar adelante las sesiones, aunque en función de mi experiencia lo más habitual es hacer una pregunta y que el lector la conteste en voz alta en el acto. Eso era lo que yo esperaba. Por eso me llamó la atención que la dinámica fuera tan distinta.

Cuando la lectora terminó de canalizar comenzó a hablarme suavemente para que yo, poco a poco, vuelva de mi estado de relajación. Algunos minutos después nos sentamos en el suelo y ella empezó a contarme todo lo que recibió.

Si bien Aldana tenía en sus manos el texto que había recibido de los Registros Akáshicos, no se limitó a leerlo textualmente. Sino que, ante cada frase que venía de los Señores de los Registros, ella iba interpretando el mensaje, agregando información y contando lo que había sentido.

Por privacidad de algunas personas muy cercanas, hay mucho de la lectura que no voy a contar. Buena parte de la lectura giró en torno a cómo algunos vínculos familiares forjaron mi personalidad y mi forma de ver la vida.

Pero sí voy a compartir uno de los mensajes más potentes que recibí y que se relaciona únicamente conmigo.

Me dijeron que, en este momento de mi vida, lo estático no es para mí y que necesito mucho movimiento, mucho dinamismo.

Los Señores de los Registros me recordaron un proyecto que antes tenía y que había quedado en el olvido. Un proyecto de vivir viajando, al menos durante un tiempo. Ser un trotamundos.

Me dijeron que ese proyecto tiene mucho que ver con mi misión de vida. Ir conociendo nuevas personas y nuevos lugares. Adquiriendo nuevos saberes y compartiéndolos con otros.

Todo este despliegue espiritual en tu vida tiene que ver con ir acercando ciertas herramientas a personas que las desconocen. Es importante que vayas compartiendo experiencias, siendo como un narrador

Según mis Registros Akáshicos debo aprovechar mi calidez para el contacto 1 a 1 para ir llevando información espiritual a quienes se encuentran listos para recibirla.

Eres un comunicador social. Lo creas o no. Tu don es ser puente de conexión entre personas. Tu otro don es la canalización. Son dones a desarrollar para activar la consciencia crística original

Cada vez que repaso los mensajes del Ákasha me resuenan más y más. Y a medida que pasan los días les encuentro nuevos sentidos. Y no lo digo solo por esta última parte del dinamismo y la comunicación, prácticamente todo lo que me dijeron durante la lectura caló profundo en mí.

Y lo más curioso es que yo ya sabía prácticamente todo lo que me dijeron. Esto no es algo que me haya sucedido solo esta vez. En lo profundo de mi alma yo soy consciente de lo que mis Registros dicen, pero a veces necesito escucharlo de una voz externa (en este caso Aldana) en el marco de una lectura de Registros para integrarlo y tomar acción.

Por ejemplo, yo era consciente que mi chakra garganta requería una mayor atención. Pero tuve que asistir a una lectura de Registros para que pudiera entender hasta qué punto es importante que focalice mi trabajo personal allí.

Si bien no voy a resolver todo este asunto escribiendo artículos para mi web, no es casualidad que hoy esté iniciando este espacio en el cual pretendo compartir experiencias desde un lugar mucho más personal.  

A medida que vaya teniendo nuevas experiencias en mi camino espiritual las iré compartiendo en esta sección.

En caso de que quieras tener una sesión con Aldana, ya sea remota o presencial, puedes encontrarla en Instagram como @crystalestelar

Y, por último, te animo a que dejes un comentario más abajo: ¿Has tenido alguna lectura de Registros Akáshicos que haya sido significativa en tu vida?


Estemos en contacto por redes sociales

Si la espiritualidad es parte de tu vida y deseas compartir tus experiencias conmigo, te invito a que me escribas y que hagamos de este viaje un camino compartido.


Entradas relacionadas