Los talleres de Constelaciones Familiares grupales ofrecen una experiencia transformadora al abordar dinámicas familiares ocultas que influyen en nuestro bienestar emocional y relaciones. En este artículo, exploramos en detalle cómo se desarrolla una constelación grupal y qué beneficios puede tener.

¿Qué es una constelación grupal?
Una constelación grupal es una forma específica de terapia dentro del enfoque de Constelaciones Familiares, en la cual un conjunto de individuos, generalmente desconocidos entre sí, se congregan en un espacio físico con el propósito de abordar y resolver asuntos emocionales o sistémicos. En esta modalidad, uno de los asistentes actúa como el constelador o terapeuta, guiando el proceso, mientras que los demás son los constelados o participantes.
En términos de cantidad de asistentes, no hay un número fijo: puede variar desde un pequeño grupo de 4 a 6 personas hasta un conjunto más amplio de 20, 25 o incluso 30 participantes. Es importante destacar que no se requiere experiencia o conocimientos previos en el tema para participar; la diversidad de perspectivas y niveles de familiaridad con la práctica a menudo enriquece la experiencia.
No todos los asistentes tienen que someterse al proceso de constelación. Algunos pueden optar por ser meros observadores o contribuir de manera activa en las constelaciones de otros, según lo acordado previamente con el constelador. Sin embargo, es crucial entender que la atención se focaliza en una sola persona a la vez durante la constelación.
Los 5 pasos para realizar constelaciones familiares grupales
En un taller de constelaciones grupales hay tres roles: el buscador (constelado) que quiere resolver un problema, el facilitador (constelador o terapeuta) que dirige la sesión y otros participantes no relacionados que también podrían ser buscadores en sus sesiones.
La sesión comienza con todos los participantes sentados en círculo, excepto por el constelador; que se queda parado en el centro. El terapeuta llama al constelado, que se pone de pie y se ubica al lado suyo.
Tiempo estimado: 1 hora
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El problema del constelado
El buscador tiene un problema que necesita resolver. El problema puede ser cualquier cosa: desde morderse las uñas o fumar hasta una profunda depresión.
El constelado le cuenta brevemente su problema al facilitador. También explica lo que espera de la sesión y la solución que le gustaría encontrar.
Luego, el terapeuta ayuda a esta persona a contar los episodios más importantes y graves que caracterizaron a su familia. Pueden ser enfermedades graves, abortos espontáneos, muertes prematuras, suicidios, etc.
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Representación del sistema familiar
Tras contar su problema, el constelado elige a varias personas para que representen a su sistema familiar. Un participante hace del padre, otro de la madre, otro del abuelo y así sucesivamente. También elige un representante para sí mismo.
El buscador los ubica en la habitación según su imagen personal. Esto debe hacerlo sin pensar demasiado, más bien siguiendo los propios instintos.
Esta «puesta en escena» saca a relucir las dinámicas existentes dentro del grupo familiar, a menudo ocultas e inconscientes. La disposición de las personas en la escena significa lo que la persona en cuestión piensa de sí misma. La mayoría de las veces esta imagen está «alterada» o “desequilibrada”.
Los representantes entran en conexión con el campo morfogenético del sujeto y se guían por dinámicas espontáneas, sacando a la luz la experiencia emocional de personas reales o las situaciones que representan.
Generalmente, en pocos minutos la constelación se detiene, se bloquea o se congela: es el llamado atrapamiento, en el que vemos la situación «real» del sistema familiar del sujeto. En este punto, asistimos a la emergencia del nodo o núcleo problemático del sistema.
Solo la visión y la conciencia de este hecho podrían ser suficientes para que el cliente deconstruya una serie de bloqueos interiores y alcance una nueva conciencia sobre sí mismo y su sistema; pero en general se intenta hacer un ajuste a la situación, para así ejercer un papel activo en la redefinición del sistema.
Aquí es el facilitador el que asume el papel protagónico y el constelado se aleja y observa lo que sucede.
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Ajustes del sistema
El facilitador comienza a ajustar el orden de los participantes de una forma que pueda ser significativa para el buscador. Es decir, intenta restablecer el orden natural. El objetivo es crear una nueva imagen que represente la solución o la curación.
Para ello toma en cuenta una serie de factores, que incluyen el testimonio de los representantes, que comentan cuáles son los sentimientos que los atraviesan en ese preciso instante.
A menudo, se agregan representantes adicionales para las personas que tienen un impacto en la dinámica del sistema. Cuando todos los representantes han encontrado un «buen lugar”, el constelado toma el lugar de su representante.
En ese momento, todos permanecen quietos por un tiempo, lo que le da tiempo al buscador para conectarse con el campo morfogenético y determinar si la disposición es cierta para ellos. Si la sugerencia no le parece acertada, el facilitador puede volver a intentarlo.
Evidentemente esto se consigue tras varios intentos y se hace hasta que todos los que participan en la actuación declaran sentirse a gusto.
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Fin de la constelación
Cuando todos se sienten conformes con el orden, el facilitador puede pedir a los representantes y al constelado que pronuncien determinadas frases u oraciones o que completen ciertos rituales.
Al final del proceso se crea una nueva imagen, que es la que conducirá a una verdadera transformación interior de los sujetos involucrados.
Participar de un taller es una experiencia movilizadora. Uno se da cuenta enseguida de que quienes escenifican la representación sienten y se comprometen con la persona a la que representan. Es difícil explicar lo que sucede durante un taller de constelaciones familiares, porque el nivel psíquico y mental está completamente involucrado.
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Resolver angustias emocionales
Una vez finalizado el ejercicio, el buscador, habiendo aprendido la fuente de su problema actual, vuelve a su vida para aprender más sobre la persona relacionada con el problema en cuestión.
Si esa persona todavía está viva, puede conectarse con ella directamente a nivel emocional para traer sanación a la relación. Si la persona ha fallecido o no está disponible, el buscador busca otras formas de aprender sobre lo que sucedió en el pasado, para poder resolver esos problemas ancestrales persistentes.
¿Qué sienten los representantes del sistema familiar?
Se ha observado, y quienes han formado parte de una constelación grupal pueden testificar directamente, que las personas que representan a los familiares comienzan a experimentar sentimientos y emociones muy similares a los de los familiares reales.
Ninguno de los integrantes de la constelación conoce a la persona bajo análisis ni es consciente de los problemas subyacentes a su dinámica familiar, pero se refieren a la conciencia de emociones y sentimientos específicos directamente relacionados con la situación realmente vivida por la persona.
Evidentemente existe un campo energético que guía los movimientos de los representantes y les permite tener acceso a toda la información esencial.

¿Cómo aprender más sobre Constelaciones Familiares grupales?
Si deseas profundizar tu comprensión sobre Constelaciones Familiares, te recomiendo que leas alguno de los tres libros que figuran a continuación. Estas obras ofrecen un enfoque integral, cubriendo tanto la teoría como la práctica, y pueden ser una invaluable herramienta en tu viaje de autoconocimiento y curación emocional.
Diferencias entre una constelación grupal y una individual
Una de las diferencias más notables entre una constelación grupal y una individual radica en la dinámica de participación. En la modalidad grupal, el consultante interactúa con varios individuos, seleccionando «representantes» de su sistema familiar entre los asistentes. Estos representantes, que no tienen ninguna conexión previa con la historia del consultante, comparten sus percepciones y sensaciones a medida que se desarrolla la constelación.
Por otro lado, en la constelación individual, el terapeuta emplea diferentes tipos de materiales, como figuras o símbolos, para representar a los miembros o elementos del sistema en cuestión. En este formato, el consultante es más activo en transitar por los distintos roles y sensaciones, convirtiéndose en su propio «representante» en el sistema. Esta modalidad es especialmente útil para aquellos que buscan un entorno más íntimo y privado para explorar y resolver sus problemas emocionales o relacionales.
Ambas formas de constelación son igualmente efectivas y ofrecen beneficios distintos según las preferencias y necesidades del consultante. Mientras que las constelaciones grupales aprovechan el poder del colectivo para iluminar y resolver conflictos, las individuales proporcionan un espacio seguro y personalizado para una exploración más introspectiva.
Cada método tiene su propio conjunto de ventajas, y la elección entre uno u otro depende en última instancia de la comodidad del consultante y de la naturaleza de los temas que desea abordar.

¿Cuáles son los beneficios de una constelación grupal?
Los beneficios de participar en una constelación grupal son múltiples y pueden ser profundamente transformadores.
En primer lugar, ofrece una plataforma única para la autoexploración y el descubrimiento. Mediante el espejo de un grupo de desconocidos, se pueden revelar dinámicas familiares o personales ocultas, lo cual a menudo resulta en una mayor claridad sobre problemas emocionales o sistémicos complejos. Este conocimiento puede ser el primer paso hacia la sanación y la reconciliación tanto a nivel personal como interpersonal.
En segundo lugar, una constelación grupal puede servir como una especie de «catalizador emocional», acelerando el proceso de toma de conciencia y cambio. Muchos participantes informan mejoras notables en su bienestar emocional después de solo una sesión, incluida una reducción en niveles de ansiedad o depresión, una mejor comunicación con seres queridos y una renovada sensación de propósito en la vida. La experiencia no solo beneficia al individuo que es el foco de la constelación, sino que también puede ofrecer catarsis a los demás participantes, quienes a menudo encuentran relevancia en sus propias vidas a través del proceso.
Finalmente, el ambiente grupal proporciona un sistema de apoyo inmediato. Los participantes suelen sentirse profundamente conectados después de compartir una experiencia tan íntima, incluso si son completos desconocidos. Esta red temporal de apoyo puede ser un recurso invaluable, sobre todo si alguien está pasando por un periodo particularmente difícil en su vida.
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